viernes, 17 de abril de 2020

EL BIENESTAR

En esta situación excepcional, las emociones y sentimientos que afloran en cada uno de nosotros/as
son muy diferentes. Pero desde luego todos y todas estamos en un momento más emocional.

¿Por qué vivimos esta situación de manera diferente?

En primer lugar porque las circunstancias que tenemos ya de por sí son diferentes y en segundo
lugar cómo interpretas lo que sucede en tu vida también tiene una gran influencia, a lo que podríamos añadir también cuáles
son nuestras herramientas previas.


Estos son los factores del bienestar subjetivo: en cómo nos encontramos influyen
aspectos emocionales, materiales, físicos, sociales y profesionales.


Seguramente no sentirá lo mismo el personal sanitario que trabaje en la UCI que una persona que permanezca en su hogar, ni sentirá lo mismo una persona que tiene empleo que otra que lo ha perdido, ni puede sentir lo mismo una persona que ha perdido a seres queridos y se encuentra en una fase de duelo que aquellas personas que tenemos la suerte de no haber visto a este virus de cerca.
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Me gustaría que cerrásemos los ojos por un momento y reflexionemos acerca de nuestro bienestar actual, ver si en alguno de estos aspectos puedo hacer una mejora para sentirme mejor. Si es así, planear cómo y cuándo voy a hacerlo. Y si no depende de mí por que las circunstancias se han dado de este modo, ver cómo lo estoy interpretando, aceptando, integrando, etc. Si hay algo que me puede hacer sentir mejor, si necesito pedir ayuda, si quizá escribir me ayude a poner en orden mi cabeza y mis sentimientos, etc.

En cuanto a la interpretación de nuestras circunstancias, hay una frase muy famosa que dice: "La felicidad no es lo que te pasa, sino cómo interpretas lo que te pasa". 
La Dra. Rosa Casafont, especialista en neurociencia, nos habla de llevar la atención a lo positivo, de centrarnos en la "bolita verde", porque estimulamos los neurotransmisores o "química de la felicidad" y nos ayuda a sentirnos mejor.


Con esto, tampoco quiero decir que debamos reprimir nuestras emociones negativas (no es que sean
ni buenas ni malas, se llaman negativas porque nos producen malestar). Pero sí podemos dar un
espacio a esos pensamientos o sentimientos negativos por un tiempo, que no sea excesivo, y
entonces poder dar paso a otros que nos produzcan mayor bienestar.
En otro post, hablaré sobre cómo estimular positivamente nuestro sistema nervioso, qué cosas
podemos hacer para ayudar a nuestro cerebro a segregar neurotransmisores y hormonas que nos
producen sensación de felicidad.

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